ADULTEZ INTERMEDIA
La expresión “Loro viejo no aprende a hablar”, no se aplica a la gente de esta edad. La gente de edad intermedia y mayor, puede y realmente continúa aprendiendo nuevos “trucos -”mañas”, dicen algunos -”, y nuevas habilidades, y puede recordar los que ya conoce bien. De aquí que la expresión más indicada sería “viejo zorro”.
No hay una evidencia de descenso en muchas clases de funcionamiento intelectual antes de los 60 años y hay, inclusive, incremento en algunas áreas como el vocabulario, habilidades e información general - cultura -. La gente de edad intermedia puede aprender esto, a menos que piense que no puede. Además, la gente de edad intermedia muestra una marcada ventaja para solucionar los problemas de la vida cotidiana, la cual procede de su capacidad de sintetizar su conocimiento y su experiencia.
EL PROCESO INTELECTUAL
Inteligencia y cognición
Mientras la inteligencia fluida (habilidad de manejar nuevo material o situaciones) típicamente disminuye durante la edad adulta, la inteligencia cristalizada (habilidad de solucionar problemas con base en el procesamiento automático de información almacenada) a menudo se incrementa durante la edad intermedia. Por ejemplo, las habilidades verbales ascienden, especialmente entre la gente que utiliza sus capacidades intelectuales regularmente, bien sea en el trabajo o a través de la lectura u otro ejercicio mental.
Cambios de cognición en la edad adulta intermedia.
Los adultos están usualmente más preocupados en cómo utilizar el conocimiento para propósitos prácticos que en adquirir conocimiento y habilidades para su propio bien, usan sus habilidades intelectuales para solucionar problemas de la vida real asociados con la familia, negocios o responsabilidades sociales. Este desarrollo cognoscitivo de la edad intermedia se relaciona con la creencia de Erikson de que la gente de edad intermedia se interesa en la labor de la generatividad -responsabilidad de establecer y dirigir a la generación venidera -.
Características de los pensadores maduros
Piaget caracterizaba el uso de la lógica formal como el nivel de pensamiento más alto en la persona, pero el pensamiento maduro es más complejo y dirige una llamada de atención hacia otros aspectos. Cuando la gente centra sus energías intelectuales en solucionar problemas reales, aprende a aceptar la contradicción, la imperfección y la concesión como parte de la vida adulta.
El pensamiento maduro, contiene cierta cantidad de subjetividad y confianza en la intuición, antes que en la lógica pura - característica del pensamiento operacional formal -. Los pensadores maduros tienden a personalizar su razonamiento, utilizando los frutos de su experiencia cuando se les dirige una llamada para encargarse de las situaciones ambiguas. De este modo, la experiencia contribuye a la habilidad superior de los adultos maduros para solucionar problemas prácticos, la cual algunas veces se llama “sabiduría”.
El estudiante adulto
Normalmente, en esta época de la vida, la mayoría de las personas ya cuentan con un nivel de estudios estable; es decir, quienes llegaron hasta la secundaria en la adolescencia ya no ingresan al bachillerato. Quienes abandonaron los estudios de bachillerato o los de licenciatura raras ocasiones prosiguen el siguiente nivel educativo. No obstante, cada día es más probable encontrar en las aulas a personas de mayor edad de la esperada - de acuerdo al nivel que corresponda -.
Hoy en día se puede encontrar uno con estos casos: Una mujer se casó a los 17 años, dio a luz y crió a 3 hijos, y fue a la universidad a los 40 para egresar como profesional cerca de los 45; Un mecánico automovilístico de 50 años toma un curso nocturno de filosofía sin créditos estudiantiles sólo por el placer de conocer información que considera le hace falta. Un profesional de la física, de unos 49 años, se inscribe a un seminario sobre recientes avances en la medicina endocrinológica. Estos casos ejemplifican el auge en la educación continua, el aspecto creciente más rápido de la educación norteamericana y europea en la actualidad, y una alternativa en desarrollo en nuestro país.
Por otro lado, podemos observar en nuestras comunidades que personas mayores de 35 años asisten a la escuela para aprender a leer y escribir. Como dato colateral, cabe mencionar que más del 10% de los adultos de 17 a 22 años, participan en cursos de educación para adultos utilizando medio tiempo - aún en forma gratuita -. La mitad de estos estudiantes son de 35 años o más.
¿Por qué van los adultos a la escuela o toman cursos?. Casi dos terceras partes de los que toman clases de tiempo parcial lo hacen por razones relacionadas con sus trabajos pues buscan preparación que les ayudará a desempeñar mejor su función; por ejemplo, los profesionales en los campos de rápido desarrollo como el derecho, la medicina, la psicología y la ingeniería necesitan ir al paso de los nuevos adelantos de la ciencia y la tecnología. Mucha gente estudia para prepararse en los que será su modus vivendus o para prepararse para diferentes clases de trabajo. Algunas mujeres que han dedicado los años de su edad adulta temprana a los trabajos caseros y a la maternidad regresan a la escuela para ampliar su cultura - incluso para fortalecer su ejecución como responsables de su hogar o su vida matrimonial -. La gente que ve aproximarse la jubilación puede desear ampliar sus cultura y sus habilidades para hacer un uso más productivo e interesante de su nuevo tiempo libre. Y algunos adultos simplemente disfrutan del aprendizaje y desean continuar haciéndolo.
En los casos de analfabetismo suele manifestarse la necesidad de pertenencia - de la que se habló al principio de este documento, en la perspectiva humanística -, en otros casos lo hacen para evitar comparaciones negativas por parte de sus nietos.
Los aprendices maduros tienden a estar más motivados que los aprendices de edad tradicional ya que se han dado cuenta que el aprendizaje no está limitado al salón de clase sino que también ocurre en forma relativamente informal - en casa, en el trabajo y en otra parte diferente a una escuela clásica -. Lo que les puede faltar en habilidades académicas específicas lo compensan en la riqueza y variedad de las lecciones de la vida, las cuales aplican el material que enfrentan cuando regresan a la escuela.
No obstante que la experiencia de la vida ayuda bastante a estos adultos, son a menudo más ansiosos y menos confiados en sí mismos que sus compañeros de clase más jóvenes. Así mismo, tienen una serie de problemas prácticos que la mayoría de los estudiantes más jóvenes no tienen. Pueden tener dificultad para hacer las tareas escolares en sus ocupados horarios y para manejar la marcha del curso, la paternidad y los trabajos. El transporte y la atención de los niños pueden presentar dificultades, y los amigos y la familia no siempre los apoyan. Incluso se puede notar una ambivalencia ¿comento que estoy asistiendo a la escuela o me quedo callado? La respuesta esperada puede ser del agrado del estudiante cuando se le reconozca su “valor”; pero también se pueden escuchar sarcasmos que le hagan sentir incomodo: ¿Y a que horas sales al recreo? ¿Te dejan tarea o prácticas cuando ves el tema de educación sexual? ¡Tan grandecito! ¿Y tu uniforme?!, etc.
Para ayudar a satisfacer las necesidades de los estudiantes adultos, un creciente número de instituciones educativas, se están volviendo más flexibles en la fijación de horarios, proporcionándoles oportunidades a para que se inscriban a horarios en tiempo parcial y para que hagan una gran parte de su trabajo independiente. En algunas instituciones los estudiantes pueden seguir un programa de estudio académico diseñado a la medida, trabajar en la casa y registrarse de vez en cuando con consejeros supervisores, también pueden registrarse en asignaturas que más convengan a sus intereses. Esta opción esta íntimamente relacionada con la educación abierta.
Como parte colateral a esta alternativa se encuentra la educación a distancia, situación que permite al adulto apropiarse de conocimientos específicos de algún tema que se trate en otro lugar del mundo, al mismo tiempo que se encuentre en su país, y con la posibilidad de hacer preguntas - y recibir respuestas- en el momento.
Las universidades no son los únicos sitios que ofrecen cursos de educación para adultos. Las escuelas públicas, las organizaciones comunales, las empresas comerciales, los sindicatos, las sociedades profesionales y las agencias gubernamentales también lo hacen. En la compleja sociedad de hoy, la educación nunca termina y a pesar de que no todo el aprendizaje tiene lugar en la escuela, más y más gente está encontrando algún tipo de aprendizaje formal importante para su marcha con los retos y oportunidades del mundo del trabajo, así como para el desarrollo de su completa capacidad intelectual o el bienestar social.
ADULTEZ INTERMEDIA Y DESARROLLO INTELECTUAL
Cambio de carreras en la mitad de la vida.
Las historias de cambios de vida profesional o modus vivendus en la mitad de la vida se incrementan en estos tiempos. Con las expectativas de hoy en día de una vida más larga, mucha gente de edad intermedia - al darse cuenta de que no desea continuar haciendo lo mismo los próximos 20 años- se orientan en direcciones totalmente nuevas. Otros se ven forzados por el desempleo - por causas tecnológicas o económicas- a buscar “nuevos mundos”. Un trabajador de edad intermedia puede sentirse presionado por los trabajadores más jóvenes que están ascendiendo en la escala de puestos y podría, más bien, cambiar por completo de trabajo que tratar con la competencia. Otra persona de edad intermedia puede pensar “estoy cuesta abajo” o “he llegado tan lejos como he podido en esta compañía”, y puede buscar el reto de un trabajo que ofrezca más oportunidad de progreso o desarrollo personal.
Algunos eventos comunes de la edad intermedia afectan en general la estructura de vida de las personas y, en particular, estilos de vida. El vacío del hogar, cuando el hijo más joven se va de casa puede llevar a una re orientación que va desde los asuntos familiares hasta las consideraciones sobre la carrera. El entusiasmo de una mujer por su primer trabajo fuera de casa puede inspirar a su marido a buscar una nueva línea de trabajo que proporcionará similar conmoción. El divorcio o la viudez pueden forzar a una mujer a trabajar por necesidad más que por elección y, posiblemente, a tratar de encontrar un trabajo mejor remunerado.
La gente que después de años de trabajo ha pagado la hipoteca o ha hecho profesional al último hijo, puede sentirse libre para tomar empleo con cargas de trabajo más livianas, cambiarse a puestos que traigan menos dinero pero más satisfacción o a meterse en negocios aventurados, arriesgados pero emocionantes. Otra gente repentinamente se da cuenta de que está mal preparada para la jubilación y se centra en acumular una reserva mientras aún es hábil para las ganancias substanciales.
¿Cómo les va a los que cambian de modo de vida?
La respuesta puede depender en parte de si el cambio es libre o forzado. La gente que escoge hacer un cambio libremente puede apresurarse a un despido o a una jubilación forzada como una oportunidad de desarrollo y probablemente disfrute más de su vida mientras contribuye con su valiosa experiencia a nuevas organizaciones y negocios.
A quienes se ven forzados a cambiar de modo de vida les puede resultar positivo o indiferente después de haber afrontado con una posición más critica a su autovaloración.
LA EDUCACIÓN PARA LA VIDA
Como se ha observado hasta aquí, el estilo de vida - íntimamente relacionado con la salud, las relaciones sociales, el trabajo, la vida sexual y la moralidad -, no se elige de una lista de alternativas que nos presente la vida, tampoco esta supeditada al destino azaroso. El estilo de vida se va conformando desde los primeros años de nuestra vida y se fortalece cuando llegamos a la edad adulta (de hecho, una de las características que distinguen al adulto es la adjudicación de una responsabilidad reconocida por la sociedad). Sin embargo, si es posible modificar parcial o totalmente este estilo cuando se llega a la adultez intermedia. Estos cambios son posibles cuando se cuenta con un acervo de habilidades y conocimientos para afrontar los siguientes retos que nos presentará la vida. ¿Dónde obtenemos estos recursos?
La experiencia de la vida juega otro importante papel ya que la información “teórica” obtenida en las aulas no tiene valor si no ha sido llevado a la practica - combinada con las propias limitaciones de la vida real -. Aunque los prototipos de estilo de vida que nos muestran los medios masivos de comunicación son inalcanzables para la mayoría de la gente en nuestro país, apoyan a que el individuo compare su estado actual de estilo de vida con las posibles alternativas que el mundo ofrece. Las relaciones sociales nos permiten - como cuando se está entre los 4 y 8 años de edad- comparar con nuestro entorno inmediato lo que somos, tenemos y aspiramos.
LA PROSPECTIVA Y LA CREATIVIDAD EN APOYO AL MANTENIMIENTO DE ESTILO DE VIDA
La prospectiva, en forma sencilla, es la mirada hacia el futuro; no sólo en términos idealistas sino como la probabilidad -controlada- de los aconteceres que se presentarán como producto de la propia intervención del individuo. ¿Cómo podrá intervenir el adulto en los acontecimientos futuros? Con la experiencia personal que los últimos años le han brindado, la información compilada a través de las instituciones educativas, el auto aprendizaje, la interacción con otras personas que tienen otro tipo de información y experiencia, el individuo cuenta con un equipo de herramientas que pueden ser aplicadas en términos más positivos; pero si todos los adultos cuentan con estas “herramientas” ¿Por qué no todos los adultos mejoran su estilo de vida en la etapa intermedia? Más aún, ¿Por qué un buen número de senectos sufren su última etapa? La creatividad viene aquí a señalarse como un principio fundamental para la generación de nuevas alternativas de acción. No se necesita ser un Albert Einstein o un Salvador Dalí para generar ideas revolucionarias en la ciencia o las artes. En nuestro contexto cotidiano basta con aprovechar las experiencias cotidianas y romper con los estereotipos que la misma cultura nos ha impuesto, es buscar diferentes caminos para llegar al mismo fin - con la posibilidad de seleccionar las mejores y no las mas cortas-. No todo mundo ejerce su creatividad o no todas la aplican en forma prospectiva, se limitan a aplicar esquemas ya conocidos para resolver problemas que le vienen en el presente. Cada día es más común encontrar a jóvenes adultos hablando de prospectiva con este enfoque y es ya una realidad en personas y grandes instituciones la ejercitación combinada de esto y la creatividad, situación con la que cambian más fácilmente de estilo de vida. La continua reciprocidad de estos dos elementos parece apoyar en el mantenimiento de los estilos de vida que convienen más a las personas, estableciéndose -además- un equilibrio entre las posibilidades y las limitaciones.
ADULTEZ INTERMEDIA Y COGNICIÓN
El sujeto, a lo largo del ciclo vital, se pregunta qué es lo que debe conocer, cómo y para qué; y en la etapa de la vida adulta, le interesa el conocimiento como forma de resolver los problemas de la responsabilidad que ha adquirido, así el trabajo y la familia. Podríamos decir, que es el momento de mayor auge de la inteligencia práctica, y de cómo resuelva y logre sus objetivos pasará a la edad adulta intermedia con la posibilidad de adquirir nuevas responsabilidades sociales y laborales, así como saber asumir situaciones complejas basándose en estrategias adecuadas.
En el funcionamiento cognitivo del adulto no se producen siempre procesos cognitivos que se ajusten al pensamiento hipotético deductivo. Esto es debido a
que no siempre el sujeto adulto es capaz de alcanzar el desarrollo de las operaciones formales. Es cierto que, según la teoría de Piaget, sería así, pero la experiencia ha demostrado que debido a las características individuales de los propios sujetos que inciden en la tarea, no son capaces de resolver determinados problemas a alto nivel cognitivo. En otras ocasiones, dificulta o bien favorece la resolución de problemas, la concepción que se tiene, errónea o no, sobre ciertos datos. También los conocimientos previos que tiene el sujeto, así como la naturaleza de la tarea, pueden incidir en el rendimiento.
Por otra parte, Piaget considera que cuando la situación experimental del sujeto no coincide con los intereses del mismo, puede aparecer un razonamiento de estadios anteriores, es decir, nos podemos encontrar con las operaciones concretas. Luego, el tipo de pensamiento utilizado por el adulto puede venir determinado por las expectativas, la experiencia vivida, errores en las atribuciones, egocentrismo y estado emocional. En todos estos casos no será capaz de procesar adecuadamente la información recibida.
Para una mejor comprensión sobre el proceso de la inteligencia durante la edad adulta, podemos analizar varios enfoques: por una parte, los psicometristas. Éstos se plantean el problema de si la inteligencia aumenta o disminuye, para lo cual se basaron en distintos estudios:
Transversales: se constató que la inteligencia llegaba a su máximo esplendor
sobre los 20 años, y luego, poco a poco decaía. Esto nos puede estar indicando diferencias en los grupos más que propiamente en la edad, ya que el nivel educativo de los sujetos puede estar incidiendo en estos resultados.
Longitudinales: se detectaron pérdidas en la inteligencia fluida. Para autores como Cunninghan y Yamarnoto pueden ser de base neurofisiológica. Sin embargo, en estos estudios también se encuentra un incremento en la inteligencia hasta los 50 años, pero esto puede ser debido a que los sujetos se habitúan a estas pruebas y pueden estar manifestando una habilidad hacia la tarea conocida que no es propiamente un incremento intelectual.
De todo ello se deduce que no coincidieron ninguno de ellos en sus resultados.
Ahora bien, parece ser que los patrones de inteligencia en la edad intermedia
se mantienen.
Por otra parte, autores como Cattell y Horn consideran que existen diferencias entre la inteligencia fluida y la cristalizada. Aquélla sería la capacidad para llegar a abstracciones que dependen del funcionamiento neurológico, y por lo tanto, no está supeditado ni a la cultura ni al nivel educativo. Por su parte, la inteligencia cristalizada supone que el sujeto es capaz de recordar la información recibida a través de la experiencia y la educación.
Asimismo, uno de los modelos para el estudio de los estadios cognitivos de la edad adulta sería el auspiciado por K. Warner Schaie. Este autor, en su escala,
utiliza varios estadios, limitándonos únicamente, en este momento, a los de las
edades que nos interesan. Adquirir el estadio. Este período abarca desde el final de la adolescencia hasta los 20/30 años. Se adquieren los conocimientos para conseguir una competencia e independencia, y especialmente para lograr las metas que se han propuesto.
Estadio de la responsabilidad. Comprende desde los 30 a los 60 años. Está relacionado con los problemas de la vida práctica y con los problemas de la vida familiar.
Estadio ejecutivo. Abarca dos etapas: va desde los 30 a los 40, y desde los 50 a los 60 años. Se interesan por problemas sociales.
Otra postura, sería la de R. Sternberg que, en su teoría triárquica, entiende la inteligencia como elementos o como subteorías. La subteoría componencial, que analiza y evalúa los problemas, es el punto crítico de la inteligencia. El sujeto se plantea cómo analizar los problemas y valorar los resultados obtenidos.
La subteoría experiencial permite comparar la información novedosa con la que ya se tiene automatizada.
Por último, la subteoría contextual es la habilidad para juzgar una situación, resolver qué hacer, y adaptarse al entorno o adaptar el entorno. Esta última subteoría sería la base de la vida adulta.
Para el procesamiento de la información, la inteligencia fluida consiste en manejar situaciones nuevas, y que según algunos autores, disminuye en este período de la vida; mientras que la inteligencia cristalizada, habilidad para resolver problemas con material almacenado, se mantiene e incluso se incrementa, sobre todo cuando se utilizan las capacidades intelectuales de forma regular.
Baltes, con su teoría del ciclo vital, considera que la práctica y familiaridad con las tareas son la base del desarrollo y del funcionamiento cognitivo adulto. En la actualidad, las investigaciones no se basan tanto en el deterioro intelectual de tipo biológico, sino que existe una interacción cognitivo-contextual en la que influyen diferentes factores, como son la edad cronológica, el momento histórico en que le ha tocado vivir y la experiencia individual de cada sujeto.
Hay autores que se interesan por el desarrollo del sujeto dentro de un contexto
sociocultural, lo que implica una continua evolución según el transcurso de los
cambios históricos.
Es importante tener en cuenta que el desarrollo moral del sujeto se basa en su desarrollo cognitivo, es decir, el sujeto pasa de un pensamiento egocéntrico a un pensamiento abstracto, y según las investigaciones se ha comprobado que
muchos sujetos de 20 años no han alcanzado los estadios más altos del pensamiento moral de Kohlberg. Por lo tanto, no podríamos hablar de que han alcanzado todavía la etapa adulta.
En la edad adulta intermedia, los estudios psicométricos dicen que los adultos
que tienen una capacidad intelectual alta ya la poseían en etapas anteriores; por otra parte, se observa que algunas tareas intelectuales se incrementan en la edad adulta intermedia, como sucede con la inteligencia cristalizada. También las habilidades verbales se potencian en esta etapa, sobre todo, en aquellos sujetos que de forma continua estimulan su desarrollo intelectual mediante el trabajo y la lectura. Otras veces, los malos resultados de los adultos en tareas de tipo intelectual se puede deber a la falta de motivación para realizar el trabajo que se le ha presentado, o bien que éste no es apropiado para dicho sujeto. Erikson considera que el sujeto en la edad adulta intermedia utiliza su capacidad intelectual para dirigir a la generación que le precede.
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