DESARROLLO INTELECTUAL ADULTO JOVEN
El sentido común señala que los adultos piensan de una manera diferente a los niños - que los adultos pueden sostener diferentes clases de conversaciones, comprender material mucho más complicado y resolver problemas más allá de las capacidades de la mayoría de los niños o aún de muchos adolescentes -. Pero ¿qué tan correcto es esto? Y si las diferencias existen, ¿cuál es la base de ellas?.
Inteligencia y conocimiento
La valoración psicométrica. Un medio obvio de intentar descubrir si la inteligencia aumenta o disminuye durante la vida adulta es hacer a los adultos de diferentes edades pruebas psicométricas similares a las que usan para medir la inteligencia en los niños. Miremos cómo han sido los resultados de tales pruebas.
Estudios transversales versos estudios longitudinales. El funcionamiento intelectual está generalmente en un nivel alto en la vida del adulto joven. Por muchos años se creyó que la actividad intelectual en general llegaba a su punto máximo alrededor de los 20 años y luego declinaba. Esta conclusión estaba basada en los resultados de los estudios transversales, los cuales hacían pruebas a gente de varios grupos de edad y encontraban que los adultos jóvenes lo hacían mejor. Sin embargo, el desempeño intelectual superior de la gente joven puede no significar que la inteligencia disminuya con la edad, sino que la gente joven de hoy ha tenido experiencias diferentes y, por consiguiente, ha desarrollado sus habilidades intelectuales más que la gente nacida una generación antes. Los estudios longitudinales, que examinan a la misma gente periódicamente a través de los años, han mostrado un incremento de la inteligencia en general por lo menos hasta los 50.
Inteligencia fluida versus inteligencia cristalizada. El cociente intelectual, reflejo aparente de la inteligencia, no basta para hablar de esta última. Se ha identificado la existencia de diferentes clases de habilidades intelectuales: inteligencia "fluida" y "cristalizada". La inteligencia fluida comprende el proceso de percibir relaciones, formar conceptos, razonamientos y abstracciones. Este tipo de inteligencia está considerado como dependiente del desarrollo neurológico y relativamente libre de las influencias de educación y cultura. Es, por consiguiente, probada por tareas en las cuales el problema propuesto es nuevo para todos o, por otro lado, es un elemento cultural común en extremo. Por ejemplo, a la gente se le puede agrupar letras y números, hacer pareja con palabras relacionadas o recordar series de dígitos. La inteligencia fluida está medida por tales instrumentos. La inteligencia cristalizada, por otra parte, comprende la habilidad de recordar y usar la información aprendida y depende, por consiguiente, más de la educación de la experiencia cultural. Este tipo de inteligencia se mide por pruebas de vocabulario, información general y respuestas a los dilemas sociales. Muy probablemente esta inteligencia cristalizada este estrechamente relacionada con el tan buscado aprendizaje significativo propuesto por el enfoque cognoscitivista.
La inteligencia fluida perece alcanzar su desarrollo completo en los últimos años de la adolescencia y comenzar a declinar en los primeros de la vida adulta. Sin embargo, la gente puede continuar haciendo mejor las pruebas de inteligencia cristalizada hasta cerca del final de la vida. Mejor que tratar de mediar un incremento cuantitativo o declinación de la inteligencia adulta, algunos expertos en desarrollo han buscado los cambios cualitativos en la manera como la gente piensa a medida que madura.
Aproximaciones teóricas
Al describir el desarrollo intelectual desde la infancia a través de la adolescencia, estábamos preocupados con la manera como las habilidades cognoscitivas se desarrollan y progresan a través de los diferentes niveles cualitativos. Piaget atribuyó estos cambios a la combinación de la maduración y la experiencia.
¿Qué sucede entonces en un adulto? Como es de esperar, la experiencia juega un papel especialmente importante en el funcionamiento intelectual. Pero las experiencias de un adulto son diferentes y, generalmente, mucho más amplias que las de un niño, cuyo mundo está definido grandemente por el hogar y la escuela. Por la diversidad de las experiencias del adulto, hacen generalizaciones acerca del conocimiento de los adultos es extremadamente difícil.
Otro de los modelos de tendencia cognoscitiva describe diferentes estadios cognoscitivos argumentando que el desarrollo intelectual procede como una serie de transiciones desde
- qué necesita saber.- adquisición de habilidades en la niñez y en la adolescencia, a través de
- cómo debería usar lo que yo sé.- integración de estas habilidades dentro de un marco práctico, a por qué debería saber.- búsqueda del significado y el propósito que culmina en
- la sabiduría de la vejez.
La teoría triárquica
Otra manera de mirar lo que distingue el funcionamiento intelectual de los adultos y los niños es en términos de ciertas clases de pensamiento que llegan a ser más importantes y más completas en la vida adulta. ¿Recuerda usted que en sus años de estudio en la primaria o la secundaria (en profesional, incluso) hubo compañeros que obtenían muy buenas calificaciones, otros tenían promedios mínimos (pasaban de panzazo- decimos-) y un mayor número, en algunas materias “les iba bien” y en otras “ahí la llevaban”? ¿Que pasó con ellos? Seguramente alguno de los “aplicaditos” que conoció no son ahora ejecutivos o potentados, contrariamente con alguno de los “vagos” que no prometían, ahora es una destacada personalidad. ¿Cuantas veces hemos visto a personas que, sin contar con la educación elemental, obtienen resultados de un cálculo matemático más rápido que un profesionista? Estas notorias situaciones parecen ser explicadas si consideramos que puede presentarse alguno de estos elementos...
El elemento componente.- ¿Qué tan eficientemente la gente procesa y analiza la información? Este es el lado crítico de la inteligencia, el cual le dice a la gente cómo aproximarse a los problemas, cómo hacer para solucionarlos y cómo monitorear y evaluar los resultados. La gente, fuerte en esta área es buena para presentar pruebas de inteligencia, buscar fallas en discusiones y resolver exámenes tipo memoristico.
El elemento de experiencia.- Esto se refiere al cómo se aproximan las personas a las tareas nuevas y familiares. Esta es la dimensión de la inteligencia de penetración, la que permite a la gente comparar la nueva información con la que ya sabe, o llega a nuevas maneras de reunir los hechos - como hizo Einstein cuando descubrió su teoría de la relatividad -. El desempeño automático de operaciones familiares (como identificar palabras conocidas) es un importante aditamento para la penetración, porque deja la mente libre para acometer tareas no familiares (como decodificar palabras nuevas).
Elemento contextual: Este se encuentra más relacionado con la interacción de la gente con su medio ambiente. Esta es la práctica, aspecto de la inteligencia del “mundo real” que llega a ser de un valor que va en aumento en la vida adulta, por ejemplo, al seleccionar un lugar para vivir o un campo para trabajar. Es la habilidad para juzgar una situación y resolver qué hacer; sea adaptarse a ella, cambiarla o encontrar una nueva situación más cómoda.
Desarrollo moral
Los teóricos más influyentes en el campo del razonamiento moral sostienen que el desarrollo moral en la infancia y en la adolescencia descansa en el desarrollo cognoscitivo, el desprenderse del pensamiento egocéntrico y la habilidad creciente de pensar en abstracto. Hemos visto, sin embargo, que muchos adolescentes no alcanzan los estadios más altos del pensamiento moral (autonomía de moralidad), quedando sujetos a la moralidad o decisión de los adultos (moralidad heterónoma).
El papel de la experiencia en los juicios morales
El adagio “vive y aprende” resume el desarrollo moral del adulto. La experiencia, a menudo, lleva a la gente a revaluar su criterio sobre lo que es correcto y justo. Generalmente, las experiencias que promueven tal cambio tienen un componente emocional fuerte, lo que motiva el volver a pensar, de manera tal que las discusiones impersonales e hipotéticas no pueden descontrolarnos. A medida que la gente pasa por tales experiencias, tiene más probabilidad de ver los otros puntos de vista de otras personas en relación con los conflictos morales y sociales. Es más probable que alguien que ha tenido una experiencia real con cáncer, perdone a un hombre que roba una droga preciosa para salvar a su esposa que se está muriendo, que alguien que no ha pasado, por esta experiencia, y que dé como explicación para perdonar, su propia enfermedad o la de un ser amado. El estadio cognoscitivo, entonces, parece establecer el límite más alto para el potencial de crecimiento moral. Alguien cuyo pensamiento está todavía en el nivel de las operaciones concretas no es probable que exhiba un nivel complejo para tomar decisiones de carácter. Pero alguien en el estadio cognoscitivo de operaciones formales puede no obtener el nivel más alto de pensamiento moral tampoco - hasta que la experiencia alcance el conocimiento -.
La experiencia de la escuela superior
¿Quién va a la Universidad?
Actualmente los salones de la universidad o de escuelas de estudios técnicos - profesionales incluyen muchas diferentes clases de estudiantes pues provienen de diversos estratos socio económicos, culturales, religiosos: incluyéndose aquí el incremento de mujeres en la matricula de carreras que anteriormente estaban tipificadas para mujeres. En general, los estudiantes más capaces van a la universidad. A pesar de que la condición socioeconómica puede afectar el acceso a una educación superior, muchos estudiantes aventajados obtienen becas.
Un buen número de estudiantes van a facultades o universidades durante cuatro o cinco años; un número más pequeño, generalmente estudiantes de desempeño académico y nivel socioeconómico más bajos, asisten a escuelas vocacionales o técnicas. Las instituciones públicas atraen a la mayoría de los estudiantes por las bajas cuotas de colegiatura, pero existen instituciones de renombre que son codiciadas por algunos estudiantes (en algunos casos es más motivante por sus padres quienes prevén situaciones futuras).
Desarrollo intelectual y de la personalidad en la universidad
La universidad es, a menudo, un período de descubrimiento intelectual y de crecimiento personal. La edad tradicional del estudiante de universidad (quien, por supuesto, no es necesariamente ya el estudiante típico) está en transición de la adolescencia a la vida adulta. La universidad ofrece la oportunidad de cuestionar suposiciones sostenidas en la niñez, que pueden de otra manera interferir con el establecimiento de la identidad del adulto.
Los estudiantes cambian en respuesta a la diversidad del conjunto de los estudiantes, que pueden plantear retos a opiniones y valores sostenidos por largo tiempo a la cultura misma del estudiante, que está estructurada de manera diferente por la cultura de la sociedad, a la larga; por el programa, que puede ofrecer discernimientos y nuevas maneras de pensar y por los miembros de la facultad que pueden tomar un interés personal en el estudiante y proveerle nuevos modelos; situación muy relacionado con el denominado “curriculum oculto”. Los retos académicos y sociales que se encuentran en la universidad a menudo llevan al crecimiento moral e intelectual. Es por esta razón que en nuestra comunidad se rechaza a los egresados de algunas instituciones educativas y se prefiere a otras. La filosofía inmersa en los directivos, profesores y los propios estudiantes, puede hacer diferente a una universidad de otra, pese a que se rigen por el mismo curriculum.
Diferencias de sexo en el desarrollo en la universidad
Pasaron ya los días en que muchas mujeres de universidad decían sarcásticamente (sólo parte en broma) que estaban allí para obtener su diploma de “S.R.A. (señora, Sra.) , sin embargo, algunos estudios de los setenta que las chicas quedan atrás académicamente en la educación superior. Al parecer esto tiene una relación con la autoestima y las aspiraciones más limitadas que los hombres. Algunas mujeres tienden a evitar los riesgos académicos y especialmente a alejarse de las matemáticas. Son más detallistas al preparar la clase y tomar notas, pero les causas tensión exponerse a los exámenes.
Pero no sólo las propias mujeres son las que se afectan a su desarrollo como estudiantes, existen patrones de discriminación de sexo. Algunos profesores - varones - prefieren interactuar con el varón como futuro profesionistas, haciéndolo con las mujeres como objetos sexuales; Algunas profesoras se ven menospreciadas por sus compañeros profesores argumentando que su carrera docente es refugio de su frustrada carrera (aunque también lo puede ser para el varón pero no se manifiesta entre ellos). También los propios compañeros estudiantes pueden discriminar a la mujer ubicándola como futura competencia por sus atributos biológicos más que por los intelectuales. Aunque hay apertura (incluso legal) para que las mujeres ingresen a cualquier carrera, aún existen tipificaciones marcadas en algunas profesiones.
Abandono de la universidad
Quien abandona la universidad se define como un estudiante que se toma un tiempo antes de continuar sus estudios en la misma escuela (“interrumpe”), o se cambia a otra, o abandona los estudios de universidad del todo. Cerca de la mitad de los estudiantes inscritos en las universidades nunca obtienen su título o cédula profesional. No hay un retiro típico. Los estudiantes dejan la escuela por toda suerte de razones - matrimonio, deseo de estar cerca de alguien a quien aman, cambio en la condición ocupacional, requerimientos socio-económicos de subsistencia o no satisfacción con algunos aspectos de la escuela en la que ellos entraron -.
Para algunos estudiantes, la decisión de dejar la universidad temporalmente puede ser un poco positivo. Muchos estudiantes ganan más trabajando por un tiempo, enrolándose en una institución más compatible con sus intereses personales o laborales, o solamente permitiéndose más tiempo para madurar. Cabe aquí señalar que no es lo mismo enrolarse (inscribirse) a la escuela por “tener que estudiar” a hacerlo por la necesidad, autoconvincente, de que el estudio proveerá mejores oportunidades para el logro y/o mantenimiento de un estilo de vida seleccionado.
El desarrollar de un modo de vida
La vida del adulto joven es la época en que la mayoría de la gente ingresa en sus primeros trabajos de tiempo completo y labran así un aspecto importante de su identidad, al lograr la independencia financiera y mostrar su habilidad para asumir responsabilidades de adulto. Mucho antes de esta época, sin embargo, y mucho después de ella, el trabajo ha jugado y continuará jugando un papel importante en el desarrollo. Los niños piensan acerca de lo que quieren ser cuando grandes y, a pesar de que sus pensamientos son a menudo fantásticos, muchas de las carreras han nacido de un sueño de niño. La adolescencia lucha por desarrollar una identidad vocacional, la gente de edad intermedia a menudo cuestiona su elección de carrera y hace cambios voluntariamente - o forzada a ello por el desempleo- y muchos adultos de más edad necesitan arreglárselas con los problemas del retiro. El trabajo está fuertemente ligado con todos los aspectos del desarrollo intelectual, físico social y emocional.
Para comprender un poco más el contenido de los que a continuación se expone, valdría la pena autocuestionarse ¿Cómo me siento - o me sentí- como adulto jóvenes en mi trabajo?. A la larga, los trabajadores jóvenes (de menos de 35 años), quienes están en el proceso de labrar sus carrera, están menos satisfechos con sus trabajos, en general, de lo que estarán más tarde, o al menos hasta los 60. Están menos comprometidos con sus empleos, menos comprometidos con sus empleadores y tienen más probabilidad de cambiar empleo de la que tendrán más tarde en la vida.
¿Qué hace que crezca la satisfacción en el trabajo con la edad?. No hay seguridad al respecto. No hay diferencias claras de edad en aspectos específicos de la satisfacción en el empleo (satisfacción con promoción, supervisión y compañeros de trabajo), y se han mezclado hallazgos relativos y a la satisfacción con el salario. Es posible que la relación entre la edad y la satisfacción en general con el empleo puedan reflejar la naturaleza del empleo en sí mismo. Cuando más tiempo trabaja la gente en una ocupación específica, más gratificante puede ser el trabajo y mientras más se conozcan las características positivas de la institución empleadora, sus principios, políticas - con sus argumentos- , estructura y alcances, más probablemente se infiltra un compromiso del trabajador con ella. Para llegar a estos alcances el joven adulto requiere de tiempo (lo que en su momento lo convertirá en adulto intermedio).
Las características propias del joven adulto puede llevarlo a mirar su empleo con ojo más crítico de lo que lo hará cuando haga un compromiso más serio. Puede haber más de una diferencia de desarrollo, sin embargo, en las necesidades de la personalidad que están asociadas con el trabajo. Los trabajadores más jóvenes, por ejemplo, están más preocupados por el nivel de interés de su trabajo, por las oportunidades de desarrollar sus habilidades y por las oportunidades de progreso. Los trabajadores de más edad se preocupan más por supervisores y compañeros de trabajo amistosos y por recibir ayuda en su trabajo.
¿Cómo se desempeñan los adultos jóvenes en el empleo? Hallazgos acerca de la relación entre la edad y el desempeño en el trabajo están mezclados. Los trabajadores más jóvenes tienen más ausencias que se pueden evitar que los más viejos, posiblemente por el nivel más bajo de compromiso con el trabajo. Los trabajadores más viejos tienen más ausencias inevitables, probablemente como resultado de mala salud y recuperación más lenta de los accidentes. Muchos trabajadores continúan siendo productivos hasta muy tarde en la vida. En general, las diferencias de edad en el desempeño parecen depender mucho de cómo se mide el desempeño y de las demandas de una clase de trabajos específico. Un empleo que requiere reflejos rápidos, por ejemplo, tiene más probabilidad de que sea desempeñado mejor por una persona joven, uno que depende de la madurez de juicio puede ser mejor ejecutado por una persona mayor.
DESARROLLO INTELECTUAL EN EL ADULTO JOVEN (OTROS APORTES)
Una forma de pensamiento adulto es el que algunos teóricos han denominado pensamiento dialéctico, en el cual, cada idea o tesis implica su idea opuesta o antítesis. El pensamiento dialéctico consiste en la capacidad de considerar puntos de vista opuestos en forma simultánea, aceptando la existencia de contradicciones. Este tipo de pensamiento permite la integración entre las creencias y experiencias con las inconsistencias y contradicciones descubiertas, favoreciendo así la evolución de nuevos puntos de vista, los cuales necesitan ser actualizados constantemente. El pensador dialéctico posee conocimientos y valores, y se compromete con ellos, pero reconoce que éstos cambiarán, ya que la premisa unificadora del pensamiento dialéctico es que la única verdad universal es el cambio mismo.
Los adultos que alcanzan el pensamiento dialéctico se caracterizan porque son más sensibles a las contradicciones, aprecian más las opiniones contrarias y que han aprendido a vivir con ellas. (F. Phillips Rice, 1997, págs.533-534).
Otros teóricos se han referido a este mismo período, como el del pensamiento posformal, una etapa que va más allá de las operaciones formales planteadas por Piaget. Este pensamiento posformal tiene tres elementos básicos: relativismo, contradicción y síntesis. El adulto que alcanza el pensamiento posformal es capaz de sintetizar pensamientos contradictorios, emociones y experiencias dentro de un contexto más amplio. No necesita elegir entre alternativas porque es capaz de integrarlas.(Hoffman, 1996. Pág. 123).
Shaie plantea un modelo de desarrollo cognitivo donde identifica cinco etapas por las que pasa la gente para adquirir conocimiento, luego lo aplica a su vida. Este modelo incluye las siguientes etapas: etapa de adquisición (de la infancia a la adolescencia), etapa de logro (desde el final de la adolescencia a los 30 años), etapa de responsabilidad (final de los 30 hasta inicio de los 60), etapa ejecutiva (también tiene lugar durante los 30 a 40 años), etapa reintegrativa (vejez). Según el modelo de Shaie el adulto joven se encuentra en las etapas de logro, de responsabilidad y ejecutiva.
- Etapa de logro: el individuo reconoce la necesidad de aplicar el conocimiento adquirido durante la etapa anterior para alcanzar metas a largo plazo.
- Etapa de responsabilidad: el individuo utiliza sus capacidades cognitivas en el cuidado de su familia, personas de su trabajo y comunidad.
- Etapa ejecutiva: desarrollan la habilidad de aplicar el conocimiento complejo en distintos niveles, por ejemplo: Instituciones Académicas, Iglesia, Gobierno, entre otras. (F. Phillips Rice,1997, pág.534).
No hay comentarios:
Publicar un comentario