miércoles, 19 de mayo de 2010

adultez media

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Adulto medio: “A partir de mañana empezaré a vivir la mitad de mi vida”

http://www.sld.cu/saludvida/psicologia/temas.php?idv=14079

Autor: Dr. Miguel A. Roca

Los estudios del ciclo vital se han centrado tradicionalmente en la niñez, la adolescencia y la juventud, y mucho más recientemente en la llamada tercera edad o “adulto mayor”, para referirse a los estadios más avanzados de la vida y la cercanía a la senectud. Sin embargo, el período de la adultez, en su más amplia acepción y sus diferentes etapas, ha sido siempre ignorado a pesar de ser particularmente productivo, y representar una de las más complejas “crisis normativas” de la existencia humana.

Un alto en el camino
¿Qué ocurre en lo físico?
¿Y qué pasa desde lo social?
En la familia y el trabajo
Ajustar la vida

Un alto en el camino

La adultez es extraordinariamente compleja, de una aparente y excepcional mezcla de juventud y experiencia; un período crítico, de balances y replanteamientos existenciales. Al cumplir los cincuenta años, simbólicamente el punto que marca el medio siglo de existencia o la “mitad de la vida”, los seres humanos, aunque más –y más intensamente– los hombres que las mujeres por su tendencia a la competitividad social y a hacer depender en gran medida el valor de su “ego” de sus logros en esta esfera, tienen con frecuencia una marcada crisis existencial: acaban de vivir “la mitad de su vida” y empiezan a vivir la próxima. Pero mitades se refiere a “dos”, ya pasó una, queda ahora la siguiente, ¡que es la última!

Parafraseando entonces al poeta cantor, a partir de mañana la persona está ante una importante disyuntiva: comenzar a vivir la mitad de su vida… o morirse poco a poco antes de tiempo.

¿Qué ocurre en lo físico?

Aun cuando se esté en óptimas condiciones físicas, desde lo sensorial, el natural e inevitable proceso de envejecimiento comienza a evidenciar su presencia: ya hace unos años con la puntual presbicia se ha perdido agudeza visual obligando al permanente uso de espejuelos; muchas veces la pérdida es también auditiva y la persona tiene que esforzarse con movimientos de cabeza que privilegien el “oído bueno” para escuchar con claridad; los cabellos canean ¡o desaparecen!; la piel pierde lozanía y surgen algunos indicadores de pérdida de masa muscular reemplazada con ¡grasas!; las energías disminuyen y la persona se agota con más facilidad; los procesos metabólicos se tornan mucho más lentos, sobre todo la digestión, y ya no se puede comer tanto, ni “de todo”, ni a altas horas de la noche sin el riesgo de la acidez, la gastritis u otro achaque; los procesos endocrinos también flaquean: con la menopausia cesa la función reproductora femenina y muchas veces son requeridas hormonas de reemplazo; el hombre no escapa y con la presencia de la polémica andropausia, pueden empezar a decrecer los niveles de producción de testosterona y con ello impactar la vitalidad y el funcionamiento sexual si se prescinde de ayuda profesional. ¡Demoledor si lo dejo aquí! Pero es también el período de mayor experiencia, en que se aprende que tal vez el asunto no solo radique en vivir, sino en vivir mejor y saber hacerlo, lo que conduce a cambios en el estilo de vida, y de control de la propia existencia que permiten una vitalidad altamente satisfactoria, cuando la persona se centra no en lo que no tuvo, sino en lo que sí tiene y lo que todavía puede alcanzar.

Por ello, hay que conservar un organismo sano, si previamente se cultivó y no se malgastó la salud y la abundante energía de los años mozos. ¡Lo que no equivale –todo lo contrario– a haber prescindido del disfrute de aquellos momentos de vigor! Porque hay muchas formas de irrumpir en los estadios más avanzados de la vida –y observe que no dije “envejecer”–, porque las personas no solo nos adentramos en nuestros tiempos, sino que en cierto grado somos también responsables de cómo lo hacemos según hemos vivido y cómo decidimos y fuimos capaces de enfrentar en la vida tanto lo que nos tocó como lo que nos buscamos. Apelando nuevamente al costumbrismo popular hay quien se cuida como “gallo fino” y ostenta una imagen y vitalidad impresionantes aun en edades avanzadas, en tanto otros parece que los han “rodado ponchados” y devienen verdaderos ancianos cuando todavía no es el tiempo de serlo.

¿Y qué pasa desde lo social?

Aparecen los “puntos de referencia”, pues los amigos han envejecido: el rostro de aquella muchacha, la más linda de la universidad, tiene tantas arrugas que es difícil identificar que allí hubiese existido tanta belleza; el “socio” más fuerte y gallardo del “pre” es un mofletudo que pesa más de 220 libras y que se agota hasta la taquicardia con solo caminar unas pocas cuadras. ¿Y la muerte? La vulnerabilidad ante este hecho ha dejado de ser una probabilidad remota y casi imposible para convertirse en una cercana y tangible realidad cuando se conoce del fallecimiento de algún que otro congénere. Pero existe igualmente otro lado del asunto: la que fuera aquella muchacha tal vez no tan hermosa es hoy una “cincuentona” de una prestancia que ¡ya quisieran muchas de 20!; vemos al otro “socio” que parece dormir en formol y conserva casi la misma frescura de más de 30 años atrás, y está aquel, que casi se muere de una traidora y agresiva enfermedad prematura o de un inesperado accidente, pero que decidió luchar ¡y vivir!, que te dice con una sonrisa: “compadre ya yo estoy prestado aquí, ¡pero qué bueno estar!”

En la familia y el trabajo

Desde lo familiar es frecuente que la persona en sus cincuenta se sienta incluso “abusado y explotado” por sus seres queridos, atrapado más que nunca en la incómoda posición “sándwich”, presionado por las demandas de sus mayores ya decadentes, pero aún exigentes y fuertes, así como por sus “menores” que crecen, se independizan o sencillamente son también más demandantes y reclaman su dosis de “poder”.

Desde lo laboral las demandas no son menos: las nuevas generaciones buscan su espacio, traen ideas nuevas y frescas, cuestionan todo lo que se les pueda oponer, acusándolo de “viejo” u “obsoleto”. Pero tampoco nos equivoquemos: a pesar de sentirse el desafío o las “amenazas”, para las personas “cincuentonas” seguras y con una posición constructiva y de crecimiento humano es también el saberse el “cacique”, de quien difícilmente se pueda prescindir tanto en el hogar como en el trabajo, lo que fortalece sus sentimientos de identidad.

Ajustar la vida

Porque está claro que la adultez es un período de “turbulencias”, un momento de profundo balance entre lo que se ha logrado y lo que no se ha logrado, lo que aún puede alcanzarse y lo que parece inatrapable. Es, por lo general, ocasión de lamentarse por lo que no se hizo, pero también de empezar a “recoger frutos”. Puede entonces ser un doloroso, a la par que necesario, proceso existencial de tracking o de “ajustar la brújula” y saber hacia dónde se va de aquí en lo adelante, con la firme creencia optimista, aunque no ingenua, de que no se trata de un “preparar el final” sino de un seguir escribiendo nuevos y alentadores capítulos en el guión de la propia existencia, hasta su conclusión, sabedores de que lo hecho hasta aquí ha tenido sentido y que si la vida diera la oportunidad, se haría exactamente igual otra vez.

No ver la vida así puede propiciar que se desmorone fácilmente casi todo en lo que se creyó hasta aquí para convertirse en un triste autocompadecerse con la conocida expresión de “¡mi vida ha sido una porquería y una gran mentira!”, experiencia que lastra y arruina a muchas personas al arribar a este turbulento estadio. Ello puede resultar particularmente peligroso cuando están ausentes o son escasas la madurez y la responsabilidad, pues en un desesperado intento de resignificación existencial la persona emprende torpes caminos que pueden ser el resultado de crueles espejismos y “desmontar” así todo lo que plantó hasta entonces, como familia y profesión, tal vez no tan “desastrosamente” como autopunitivamente pueda decirse a sí mismo. Nunca es tarde o ilegítimo replantearse la existencia, pero siempre que ello lleve una sensata dosis de lucidez y responsabilidad.

Tan compleja situación puede conducir a la persona “en la mitad de la vida” a intensas reacciones emocionales negativas como la depresión, la ansiedad o la cólera, con sus desagradables consecuencias para el organismo; a crisis de sentido existencial que significan una severa agresión a la autoestima y la identidad personal e incluso, a generar dudas e inseguridades nunca antes sentidas sobre las competencias personales.

Aquí es cuando cobran sentido las palabras del poeta y toca a la persona decidir “si sí” o “si no” comienza a partir de mañana a vivir la mitad de su vida. Adentrarse en los estadios avanzados de la vida es un proceso natural que nadie puede escoger, pero lo que sí se puede escoger es cómo se hace. En la mitad de la vida, cuando se ha trabajado en ello –¡tampoco es gratis!–, el mundo se mira desde la cumbre, sobran recursos para no temer el “camino de regreso” sin por ello dejar de seguir viviendo e incluso creciendo. Abundan las experiencias vitales de personas muchos mayores que así lo demuestran.

Palabras clave: adultez, autoestima, ciclo vital, estilo de vida

Edición: Magaly Silva

 


adultez media-vejez

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Adultez media

http://html.rincondelvago.com/adultez-media-y-vejez.html

·        Crisis experiencial: transición a adultez media.

·        Período de máximo rendimiento y productividad.

·        Con la experiencia se logra una mayor integración del conocimiento. La eficiencia se relaciona con la experiencia.

·        Cambios en diferentes ámbitos de la personalidad; estos cambios enfrentan a una crisis al final de la adultez media.

·        Se produce una reorganización o reestructuración de la identidad:

·        redefinición de la imagen corporal (rollos, canas, calvicie, etc.)

·        redefinición de las relaciones con los padres, los hijos y la pareja

·        evaluación de los planes que se proyectaron desde la adolescencia

·        reconocimiento de que queda poco por vivir, lo que genera cuestionamientos acerca de lo que se ha hecho y lo que queda por hacer

·        La fase anterior a la crisis es un período muy estable, existe un alto control de sí mismo, los impulsos no presionan por salir. Se debe lidiar con la sociedad y el mundo.

·        Integración de la personalidad: se es menos vulnerable a las presiones externas, se saben manejar mejor.

·        El logro de esta estabilidad, más los cambios físicos propios de esta etapa, generan una fase de introversión que se relaciona con el proceso de individuación (descrito por Jung). Al haber dominado las presiones externas se puede dedicar la energía al conocimiento de sí mismo.

·        Se espera que el adulto medio se conozca más, que el sí mismo se vuelva más auténtico, en el sentido de que se tiene una visión más realista de la vida. Se viven procesos de duelo (cómo era antes, cómo soy ahora, qué me queda por vivir). Las relaciones con el mundo externo se hacen más selectivas. Existe una mayor tolerancia a la frustración. Valoración más alta de la paciencia. Las funciones yoicas se vuelven más eficientes (se puede vivir estados emocionales sin desbordarse ni perjudicar a otros).

·        Los cambios ponen a prueba la madurez de la personalidad.

Crisis ! reestructuración ! nueva posibilidad de madurez y desarrollo.

·        Madurez emocional o personalidad madura: ser capaz de ejercer un dominio activo sobre el mundo. Al mismo tiempo, al enfrentar al mundo lo percibimos correctamente, lo mismo pasa con las capacidades del sí mismo (percibir bien). Capacidad de discriminación de aspectos sutiles de la personalidad propia y de los demás. La personalidad presenta unidad, consistencia, armonía de los rasgos.

·        Proceso de individuación: el sujeto se vuelca hacia su interior. Se produce un mayor conocimiento de sí mismo y se integran los nuevos aspectos a la personalidad. Se toma contacto con aspectos inconscientes y desconocidos de la personalidad. Este proceso desarrolla la capacidad de aceptar el paso del tiempo, las frustraciones y genera mucha confianza en los recursos internos (ser capaz de tolerar cosas que antes no creía posibles). Si se logran integrar los arquetipos joven/viejo y anima/animus, se logra una expansión de la personalidad y del conocimiento; se es más consistente frente al resto y con uno mismo.

·        Cambios biológicos y físicos:

§        aparecimiento de canas, calvicie, sequedad cutánea (arrugas)

§        disminución de la fuerza muscular y de la velocidad de reacción

§        acumulación de tejido adiposo en determinados sectores del cuerpo

Estos cambios no implican una pérdida de las funciones, sino que estas disminuciones implican la generación de cambios en los hábitos de vida.

Físicamente, en la mujer se vive la menopausia (45-50). Disminución fluctuante. Aquí si se da la pérdida de una función: la capacidad reproductora. Mal genio, labilidad, falta de energía. Desajuste en relación al equilibrio anterior. Sintomatología física (cambios) y psicológica: “me estoy poniendo vieja, ya no puedo tener más hijos”. La mujer va a vivir mucho más aceptadamente la vejez, siempre que no haya centrado su autoestima en el atractivo físico.

Andropausia en los hombres: disminución de la hormona masculina (testosterona). Disminución en la cantidad de espermios y su velocidad. Disminuye la frecuencia de las relaciones sexuales. Con la pérdida de la testosterona se da una cierta inestabilidad sexual, se requiere más estimulación y apoyo de parte de la pareja.

Todos estos cambios generan mucha angustia y duelo por el cuerpo joven. Se convierten en una gran herida narcisística. Refuerzan la conciencia de la vejez y la muerte próxima.

Se espera la aceptación de la nueva imagen física, que los cambios sean integrados a la personalidad.

·        Ámbito laboral: se perciben limitaciones de los proyectos personales hacia atrás y hacia el futuro (“queda poco tiempo”). Se teme a la competencia de las generaciones nuevas.

Fase de consolidación de la carrera (3 etapas):

§        Al hacer la revisión, el adulto medio toma conciencia de cuáles son las metas que se realizaron y cuáles no.

§        Qué proyectos me gustaría realizar.

§        Llevar a cabo estos planes y proyectos.

Se trata de reorientar creativamente la energía.

Se asume el rol de tutor; más liderazgo respecto a las generaciones nuevas. Posibilita desarrollar diferentes aspectos de sí mismo, tanto al tutor como al tutoreado. Esto permite que el tutor se sienta valorado en lo profesional. También se desarrolla la sensación de continuidad del propio proyecto. Posibilita la sublimación de aspectos agresivos frente a los más jóvenes. El rol de tutor supone la capacidad de identificarse con los logros de las personas más jóvenes.

El conflicto eriksoniano que se da en esta etapa es el de generatividad v/s estancamiento y la fuerza básica es el cuidado. El rol de tutor contribuye a la generatividad.

El tutor favorece el desarrollo del tutoreado, fortalece sus habilidades, lo apoya, guía y aconseja, facilitando el desarrollo general. Sirve como modelo en distintos ámbitos. Cumple un poco el rol de padrino, aprovecha sus influencias para beneficio del tutoreado.

El tutor debe cumplir, aunque sea en parte, los sueños del tutoreado.

Una buena tutoría implica potenciar habilidades y ayudar a asumir defectos, reconocerlos.

·        Relaciones emocionales: se redefinen las relaciones con:

·  Padres: envejecimiento de ellos. Se produce un cambio de rol (los hijos toman el rol que antes correspondía a los padres). Significa aceptar que son débiles, vulnerables y que se pueden morir en cualquier minuto. Aumenta el sentimiento de vulnerabilidad personal.

La inversión de roles implica desarrollar una herida narcisística por la identificación con los padres que ya no están bien. Se genera una ofensa al yo al identificarme con alguien que está declinando.

·  Hijos: relación más horizontal y simétrica. El padre debe promover la autonomía y la independencia de los hijos. Funciones fundamentales: orientar y guiar, respetando la autonomía.

Crisis edad media: enfrentar la posibilidad de ser superado por los hijos. Asusta por la “pérdida del rol”. También se sufre al saber que ya no son fuente de identificación de los hijos; ellos reconocen defectos y critican abiertamente. Lo más sano sería ser capaz de aceptar y sentirse gratificados por el proceso de autonomización de los hijos. Además, deben tolerar ser objeto de evaluación.

·  Pareja: se requiere un reordenamiento de la vida matrimonial, por el fenómeno del nido vacío. Ahora se pueden abordar temáticas que antes no se podía por dedicación a los hijos. Surgen conflictos que estaban latentes a lo largo de la vida de la pareja que no se habían resuelto por alguna razón. Pasar más tiempo junto produce dificultades en la relación diaria, se requiere un sistema diferente que permita un acomodo real.

La pareja constituye una fuente de aceptación de los cambios corporales.

En el ámbito sexual: el juego de seducción es diferente, el coito también. Se generan procesos de adaptación, ajuste a cambios biológicos normales.

Dentro de la revisión de la crisis se concluye que la pareja comparte todo un pasado común que permite la proyección de la vejez en conjunto, lo que da tranquilidad a la pareja.

·        Estos signos cambian la perspectiva del tiempo, aparece la conciencia de la muerte personal. Se genera una adaptación en la proyección de metas, haciendo un análisis de los proyectos pasados y futuros.

Esto se plantea como una crisis normativa. Se da una mejor comprensión en todos los ámbitos por la inversión de roles. Esta crisis favorece la integración.

Se plantea el segundo proceso de individuación. Se aceptan mayores aspectos de la personalidad y, por otra parte, nos preparamos para la muerte.

·        Crisis: generatividad v/s estancamiento

La virtud que surge de esta crisis es el cuidado por los otros.

Generatividad: apoyar a las nuevas generaciones. Se expresa a través del ejercicio de roles. Enseñar, instruir, transmitir valores. Comprometerse a mejorar las condiciones de vida para las generaciones venideras. Se relaciona con la trascendencia (dejar algo).

De la generatividad emergen recursos: reparar, integrar amor y odio, sublimación, reconocer las propias limitaciones y aceptar lo inevitable de la muerte.

Sólo podemos ser generativos en la medida que hemos superado la reestructuración de la personalidad, aceptar la muerte propia. Implica hacer un duelo por el pasado y por las capacidades que se van perdiendo.

Estancamiento: incapacidad de preocuparse por el otro. Se produce por no haber resuelto crisis anteriores o la actual, lo que impide el desarrollo y fortalecimiento del yo (ejemplo: alguien a quien le cuesta aceptar su proceso de envejecimiento, no facilita nada a las generaciones nuevas).

Se puede manifestar en la elaboración de metas no realistas (por tiempo, plata, capacidades, etc.). La energía se puede orientar mucho a la pseudo-intimidad. Se evita tomar conciencia de la verdad.

VEJEZ

·        Se debe realizar un trabajo interno que permita aceptar la propia historia como la única posible. Se comprende más profundamente la vida, lo que soy yo y lo que son los demás. Nuevo nivel de madurez psicológica. El grado de desarrollo de la personalidad influye en cómo el individuo enfrenta los cambios de la vejez (declinación física, jubilación, pérdida de status, de las relaciones sociales)

·        Un yo fortalecido permite una buena vejez.

·        Se dan procesos de duelo.

·        Sentimientos ambivalentes que requieren ser integrados para una mejor vivencia de la vejez.

·        La identidad se debe reestructurar de nuevo.

·        Crisis: integridad v/s desesperanza (respecto a la muerte)

Muerte:

Percepción correcta ! final del camino recorrido

Percepción errónea ! interrupción en el camino, en algo que todavía se puede cambiar

·        Aspectos psicobiológicos:

·        canas, calvicie

·        columna vertebral encorvada

·        estrechez de hombros

·        desaparición progresiva de masa muscular, atrofia de los músculos

·        caída de los dientes

·        se intensifican las arrugas

·        los nervios motores transmiten más lentamente los impulsos

·        disminuye la actividad neuronal en determinadas zonas del cerebro

·        órganos sensitivos requieren un umbral de excitación más alto

·        proceso de involución (riñones, hígado, etc.)

·        reacciones más lentas

·        disminuye la motilidad

·        disminución agudeza visual y auditiva y de la sensibilidad del tacto, gusto y olfato

·        declinación de la memoria y procesamiento de la información. Los viejos necesitan aprender cosas que signifiquen algo para ellos. No se desgastan en aprender leseras.

·        Todos los procesos son afectados por procesos psicológicos motivacionales.

·        Responden lento para evitar errores.

·        Ya no les interesa el éxito, la fama ni la efectividad.

·        Pérdida del mundo externo, ponen mucho más atención a sus señales internas, están mucho mas preocupados de lo que pasa en su cuerpo.

·        Vulnerabilidad física: mucho más sensibles a cambios corporales, del entorno, etc.

·        La sexualidad se vive de otra manera:

·        Mujer: menopausia. Cambios hormonales ! manchas, más arrugas, menor lubricación vaginal ! relaciones sexuales más dolorosas.

·        Hombre: disminución de la testosterona ! menos pelos, eyaculación más lenta y distanciada ! disminuye el impulso sexual.

·        A pesar de todo esto, igual viven su sexualidad (nunca somos seres asexuados, pero la sexualidad se va modificando a lo largo de la vida)

·        Los cambios se producen rápidamente y hay poco tiempo para asimilarlos. Se confronta con la realidad biológica y la acepta. La aceptación significa asumirla responsablemente, lo que implica autocuidado.

·        Los procesos cognitivos decaen, son más lentos.

·        El retiro y la jubilación (enfoque multidisciplinario)

·        Abuelidad: última fase de la parentalidad.

·        Sentido de trascendencia.

·        El rol de abuelo es el más importante en la ancianidad, va a modificar la personalidad del anciano.

·        Características del abuelo: sabio, respetuoso, representa el pasado de la familia. Educador, pero no de la misma manera que el padre, sino que en una relación más libre.

·        El niño tiende a la idealización con el abuelo.

·        Generacionalmente se da una alianza nieto-abuelo, desplazando a los padres a veces con un poco de hostilidad.

·        El sentido de trascendencia es mayor en los nietos que en los hijos

·        Son portadores del mundo ético

Funciones de la abuelidad:

·        Gratificadora: por la idealización del nieto aún ante tanta pérdida. Hay consentimiento mutuo ! no hay hostilidad.

·        El nieto colabora en el sentido de trascendencia, de dejar algo en este mundo.

·        El tener un nieto los ayuda a mantenerse vinculados con la realidad. Además, pasa a ser su rol en la ancianidad (ser abuelos).

·        Reparadora: pueden reparar con los nietos aspectos negativos que cometieron con los hijos. Ej: tolerancia (no es sólo por sabiduría). Se puede compensar entre el rol parental y de ancianidad.

·        De continuidad: (de trascendencia)

·        El nieto representa el sentido de la vida y también la muerte cercana. Representa la trascendencia (fuente de descendencia).

·        Para aceptar a muerte se debe reconocer que la existencia de hijos y nietos es totalmente diferente a la muerte, que existen no para evitarla, sino para trascender.

·        Relación de pareja: están juntos, compartieron toda una historia y ya no les queda mucho. Se piensa en la viudez, ya no les queda mucho por compartir.

·        Se logra una mejor adaptación a todos los cambios si ha habido diferenciación (intimidad), una identidad de pareja.

Cambios:

·        convivencia diaria aumenta considerablemente

·        rutina diaria tiene que cambiar, se tiene que crear espacios mutuos y para eso se pasa por discusiones

·        conflictos sobre la privacidad

·        restricciones económicas implican un cambio de vida bastante brusco ! desesperanza, angustia, temor, sentimiento de vulnerabilidad física y económica ! fuerte sentimiento de dependencia.

·        se dejan de lado las relaciones sociales y se vuelcan sobre la familia y el barrio.

·        sexualidad: se persigue el contacto con el otro más que el sexo. Encuentro con el otro mediante otras maneras.

·        los impulsos agresivos son más fuertes porque hay manejo de la expresión de la agresividad como algo constructivo, ya que se sabe que el amor persiste.

·        Tarea principal: preparación para la muerte

·        El duelo con la muerte de la pareja es el más doloroso y largo. Si son muy unidos, la pareja que queda muere al año siguiente.

·        Logro de identidad: aceptar el logro de pareja como la única posible. Implica aceptar aspectos positivos y negativos, recordarlo como una historia, recordarla con satisfacción.

 


DESARROLLO COGNITIVO EDAD ADULTA AVANZADA

Asignatura: Procesos Psicológicos Humanos IV

Compilación realizada por Juan David Arbeláez Osorio

 

DESARROLLO COGNITIVO EDAD ADULTA AVANZADA

 

El ser humano, puede ser entendido como un procesador activo de información. A través de sus sentidos la información es captada, almacenada, analizada y elaborada y, finalmente, el ser humano responde a esa información. En ese sentido, el individuo debe atender y percibir esa información, procesarla y retenerla. En realidad, cualquier comportamiento humano está dependiendo tanto de los estímulos y circunstancia externas como de esas funciones psicológicas aprendidos a su vez a lo largo del proceso de aprendizaje. En definitiva, cabe preguntarse, ¿qué funciones cognitivas cambian con el paso del tiempo y cuáles permanecen estables?

 

En ambas posiciones, la mayoría de los teóricos afirman que la mayor parte de las capacidades mentales se mantienen relativamente intactas.  Varias investigaciones han demostrado, por ejemplo, que la declinación de la memoria relacionada con la edad no es tan general, tan representativa ni tan grave como se pensaba.  Muchos de los problemas de memoria que sufren algunos ancianos no suelen ser consecuencias inevitables de su edad, sino que se deben a otros factores tales como depresión, inactividad o efectos colaterales de los medicamentos.  Pero cuando la declinación cognoscitiva ocurre, se dan también compensaciones, de modo que cualquier pérdida tiene muy pocas secuelas en la vida diaria.

 

Teniendo en cuenta que la recepción de información depende de los sentidos y que el procesamiento de la información tiene como soporte el Sistema Nervioso Central, una primera conclusión es que durante el proceso de envejecimiento se produce un enlentecimiento y una menor eficiencia del funcionamiento cognitivo. En definitiva, el ser humano mayor tarda más en responder a la información que recibe en comparación con el más joven, sobre todo cuando las tareas que se le demandan requieren muchos recursos atencionales. No obstante, conviene también resaltar que esos cambios o declives en las primeras fases del procesamiento ocurren desde muy temprano en la vida.

 

 

Uno de los principales cambios cognitivos durante la edad adulta avanzada está relacionado con la disminución en la velocidad del desempeño (tanto mental como físico).  Los estudios plantean que las funciones intelectuales que dependen de dicha velocidad declinan en los ancianos:  tienen mayores tiempos de reacción, capacidades más lentas de procesamiento de las percepciones y en general procesos cognitivos menos rápidos.  Esto puede deberse a que los adultos avanzados parecen apreciar más la precisión que los jóvenes.

 

En los adultos avanzados, otro aspecto que ha sido arduamente estudiado es el relacionad con el desempeño a nivel de la memoria. No cabe duda de que el procesamiento de información lleva consigo el aprendizaje, la retención o la memoria de esa información. Tras el examen de los distintos tipos de aprendizaje, los autores ponen de relieve que, amén de requerir un mayor número de ensayos de aprendizaje y mayores tiempos de ejecución, las personas mayores (en comparación con las más jóvenes) tienen una amplia capacidad de aprendizaje.

 

Un alto porcentaje de personas mayores afirman tener fallos en el recuerdo de nombres,

números de teléfono, cosas que tiene que hacer, si han apagado el gas y otros muchos eventos de la vida cotidiana. Tan solo la memoria de trabajo (también llamada operativa y la memoria episódica sufren cambios negativos asociados a la edad.

 

 

Patrones de cambio en los sistemas de memoria

 

Sistema de memoria

 

Ejemplos

Patrón de cambio

Semántica

La lista de los presidentes

 

Estabilidad

Procedimental

Conducir un carro

 

Estabilidad

De trabajo u operativa

Recordar una secuencia al revés de cómo se ha aprendido

 

Declive

 

Episódica C

Cuando  se vio por última vez a alguien Declive

 

Declive

 

 

 

Las funciones cognitivas o intelectuales se expresan en un producto o estructura psicológica: la inteligencia. La inteligencia puede ser entendida como la capacidad de adaptación al medio o como el conjunto de competencias que permiten resolver problemas contextualmente relevantes. Por supuesto, la inteligencia es también el producto interactivo entre factores biológicos y ambientales. ¿Qué cambios se producen en el funcionamiento intelectual?

 

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En la Figura podemos apreciar los patrones de cambio y estabilidad del funcionamiento intelectual a lo largo del ciclo de la vida. Así, por lo que se refiere a la inteligencia biológica (también llamada fluida), que aglutina aptitudes como la velocidad perceptiva, la fluidez verbal, el razonamiento o la aptitud espacial, ésta se desarrolla exponencialmente en las primeras etapas de la vida para declinar muy tempranamente, a partir de los 30 años. Sin embargo, la inteligencia cultural (también llamada inteligencia cristalizada), que abarca aptitudes de información, comprensión, vocabulario, etc., una vez alcanzada una cierta meseta, se mantiene constante o, incluso, puede ser incrementada hasta edades avanzadas de la vida.

 

Sin embargo, el funcionamiento intelectual también se puede compensar, existe importante evidencia de que la actividad intelectual (desde hacer crucigramas a jugar al ajedrez) mejora el funcionamiento intelectual en la vejez e, incluso, existe también datos experimentales de que las personas que realizan actividad intelectual en su vida cotidiana son menos propensas a presentar demencia.

 

Los psicólogos del envejecimiento han investigado esencialmente el funcionamiento cognitivo de aquellas estructuras más comunes que comienzan su desarrollo en la infancia para llegar a su culmen al final de la adolescencia. No es hasta los años 90 cuando se han ocupado de ciertas condiciones cognitivas que pudieran ser propias de la vejez. Cuando uno conversa con una persona mayor y le pide consejo o ayuda o, también, cuando uno mismo envejece, cabe apreciar que el consejo del mayor o su forma de pensamiento tiene componentes especiales que expresan una forma especial de resolver problemas por lo que pudiera hipotetizarse que junto a los declives señalados ocurren también algunos cambios positivos en el funcionamiento intelectual. Así, la sabiduría ha emergido en los últimos años como un nuevo constructo sujeto a investigación científica postulándose que pudiera ser un atributo de mayor probabilidad en la vejez.

 

Este relativamente nuevo objeto de investigación ha sido definido por Baltes y colaboradores como un conjunto de conocimientos de experto en la pragmática de la vida. Pero, la sabiduría no parece ser solo una característica de la vejez, cabría decir que ni todos los viejos son sabios ni todos los jóvenes no sabios. Como señalaba Epicuro en su carta a Meneceo: “han de amar la sabiduría tanto el joven como el viejo, éste para que sintiéndose anciano rejuvenezca...., aquel para que sea joven y viejo al mismo tiempo”. Sin embargo, la evidencia actual nos lleva a pensar que la sabiduría se produce con mayor probabilidad en la vejez aunque de frecuencia reducida. Por otra parte, también cabe resaltar que la sabiduría tampoco se puede conceptualizar como un atributo exclusivamente cognitivo sino que tiene componentes afectivos, emocionales y, como no, intelectuales.

 

En resumen, existen funciones intelectuales que declinan en función de la edad y, también, existen otras que se mantienen a lo largo de la vida e, incluso, existen ciertas formas de juicio y comprensión que se incrementan en la vejez.

 

 

 

 

Causas primarias  y secundarias de la declinación cognitiva durante la vejez

 

Cuando se presenta declinación cognitiva en esta etapa, las causas primeras habría que buscarlas en dos enfermedades directamente relacionadas con la cognición:  la enfermedad de Alzheimer y las Apoplejías.

 

·                  Alzheimer:  Deterioro progresivo de las neuronas, en especial las de la corteza cerebral.  En autopsias, se ha diagnosticado con precisión como un patrón característico de áreas dañadas que parecen una placa y trozos de hilo entreverado; en vida, el paciente presenta desorientación y pérdida de memoria progresiva, confusión y ansiedad ante el desempeño de rutinas simples, no reconocimiento de familiares y actitud de gran dependencia.

 

·                  Apoplejías:  Puede definirse como infarto cerebral, es decir, la interrupción del suministro de sangre a un área particular del cerebro, lo que ocasiona la destrucción del tejido. Si los episodios son muy pequeños y temporales reciben el nombre de isquemias transitorias.  La demencia por infartos múltiples o multiinfartos puede ser causada por uno o varios ataques, a veces progresivos, que lesionan el tejido cerebral.  La causa original de estos infartos suele ser la arteriosclerosis, la acumulación de placas de grasa en las paredes de las arterias.  Quienes la padecen o sufren de problemas cardiacos, hipertensión o diabetes corren riesgos especiales.

 

Causas secundarias:

·                  Expectativas psicológicas:  Algunos adultos avanzados creen que van a perder la memoria y que no harán lo mismo que antes. Esperan quedar de algún modo inutilizados y dependientes de otros y perder parte del control de sus vidas. Quienes piensan así suelen perder destreza y control, tienen menos autoestima y son menos persistentes y esforzados.  Este proceso se convierte en un ciclo descendente que a veces recibe el nombre de desamparo aprendido.}

 

·                  Salud mental: La salud mental influye de manera directa en el desempeño de sus tareas cognitivas. La depresión es una reacción psicológica común a las pérdidas y muchos ancianos pasan por varias.  La  depresión disminuye la concentración y la atención y, por ende, el nivel de funcionamiento cognitivo.

 

·                  Otros factores:

 

-        La condición física.

-        Carencias nutricionales.

Sabiduría y juicio

Concepciones de sabiduría:

-                    Psicoanálisis:  Experiencia de conflictos personales y resolución de los mismos.

-                    Sternberg: Encontrar equilibrio entre fuerzas contrapuestas.

-                    Balthes: Capacidad de juicio sobre problemas de la vida real.

                Proporcionar buen consejo, siendo competente y socialmente diestro.

-                    Perl Hutter:  Características emocionales, conductuales e intelectuales; conocimiento y comprensión de asuntos de la vida (juicio, comunicación, sensibilidad social, destrezas interpersonales).

Modelos sobre cognición en la adultez avanzada:

 

-                    Modelo de caída terminal:  Este modelo plantea que se mantiene el mismo nivel de rendimiento intelectual, pero que meses antes de la propia muerte, las capacidades cognitivas sufren un descenso fuerte (caen en picada).

 

-                    Teoría del desuso:  Plantea una hipótesis del enlentecimiento cognitivo general; postula un declive en las funciones cognitivas por reducción de la velocidad en la transmisión neural.

 

 

-                    Otros modelos:

 

-                    Plantean que los adultos avanzados presentan problemas en la organización de conceptos: presentan mayor dificultad en pasar de lo concreto a lo abstracto.

 

-                    Los adultos avanzados poseen un razonamiento más pragmático, intuitivo y mítico que lógico.

 

-                    Los adultos avanzados poseen mayor experiencia personal y menor razonamiento lógico.

 

 

 


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CAMBIOS ANATÓMICOS Y FISIOLÓGICOS EN EL ENVEJECIMIENTO

Dr. Carlos D´hyver de las Deses    

 

El envejecimiento es un proceso normal, por lo que la presencia de enfermedades debe considerarse como anormal. Algunos cambios que se presentan con mucha frecuencia, como la arterosclerosis, no pueden considerarse normales, ya que las personas que ingieren pocos productos animales tienen menor incidencia; igualmente, consideran la catarata como algo natural en las personas de la tercera edad es un error, ya que aquellas que tienen un mayor tiempo de exposición a los rayos ultravioleta tienen una incidencia mayor de ésta patología.

 

Mientras más años tienen las personas mayor es la frecuencia de problemas patológicos. Sin embargo, hay una gran variedad entre sujetos, ya que las diferencias en la presentación de entidades nosológicas muestran mayor  variedad cuando se toma en cuenta la edad avanzada, las funciones orgánicas tienen cambios hora con hora, día con día.

 

Trataremos de analizar algunos de los cambios que se presentan con el paso de los años en los diferentes órganos que componen el cuerpo humano. No deja de ser una pequeña revisión, ya que no es posible llegar a fondo en cada uno de los temas, sin embargo, el resumen que a continuación aparece, puede ser de gran utilidad para no confundir un cambio normal debido al envejecimiento con una enfermedad, cuestión que fácilmente se olvida y conlleva a tratar cambios normales como patología y por otro lado a olvidar enfermedades bajo el dicho “es por la vejez”; lo que generalmente conduce a problemas por prescripción de medicamentos.

 

ÓRGANOS DE LOS SENTIDOS

 

Para cualquier ser es indispensable recibir información del medio ambiente que lo rodea, los estímulos que recibimos día con día, momento tras momento, segundo a segundo, le permiten contar con los datos para vivir tanto en lo individual como en lo colectivo. Los órganos de los sentidos son los responsables de captar y transmitir al cerebro ese complejo paquete de información. El tacto nos ayuda a no sufrir accidentes que se originen de quemadas, cortadas, etc., por lo que se facilita la integridad física. De la misma manera en que la vista y el oído nos dan la facilidad de almacenar, guardar, integrar y evocar la información, o de otra manera, de tener memoria y poderla usar para funcionar socialmente.

 

Ojos:  En las pestañas se observa una disminución en cantidad y en longitud, lo que favorece que las partículas suspendidas en el aire irriten la conjuntiva ocular, hecho que asociado a la pérdida parcial de grasa periorbital, favorece la presentación de conjuntivitis infecciosas.

 

La pupila tiende a ser más chica, debido a la laxitud del músculo iris, lo que provoca lentitud en la adaptación a la oscuridad. El cristalino pierde elasticidad desde temprana edad, hecho que dificulta el enfoque a pequeñas distancias, por otro lado, la fotooxidación del triptófano favorece la aparición de cataratas.

 

Hay cambios en los capilares de la coroides y aumento en la pigmentación del epitelio de la retina, lo que representa un riesgo para que se desarrolle degeneración macular, con la consecuente pérdida de visión central.

 

Clínicamente hay una menor capacidad para ver detalles en movimiento; lentitud en la adaptación a los cambios de luz; se requiere de 50% más de luminosidad para realizar las mismas tareas que en edades más jóvenes. La presencia de catarata y maculopatía senil aterosclerosa o degeneración macular(la mácula es la zona de la retina especializada en la visión fina de los detalles) no son inherentes al envejecimiento, deben considerarse, junto con el glaucoma, las tres principales patologías del ojo en la tercera edad.

 

Oído: El pabellón auricular tiende a crecer, sobre todo en el lóbulo inferior; el cerumen tiende a ser más espeso y favorece los impactos en el conducto auditivo. El tímpano se fibrosa y pierde elasticidad, por lo que la transmisión aérea pierde capacidad al sumarse a la rigidez de las articulaciones de los huesillos del oído medio (otosclerosis). El oído interno presenta denervación parcial por alteraciones de la microcirculación.

 

La persona debe estar atenta a la fuente del sonido para captarlo más fácilmente; se adiciona el poder leer parcialmente los labios para el entendimiento, las frecuencias altas son difícilmente captadas.

 

Gusto: Hay aplanamiento y pérdida de papilas gustativas, lo que altera el sabor de los alimentos, La persona anciana prefiere alimentos dulces y salados, el cambio de alimentación favorece el déficit de ciertas vitaminas, hecho que a su vez favorece aún más el aplanamiento papilar, llegándose a un circulo vicioso de mala alimentación.

 

SISTEMA RESPIRATORIO


Las vías aéreas superiores, tráquea y bronquios principales, tienden a incrementar su diámetro, los cartílagos se calcifican y aumentan las glándulas mucosas. Hay alargamiento de los ductos alveolares, lo que disminuye la superficie pulmonar.    La disminución de elasticidad pulmonar, asociada a los cambios en colágeno y elastina, contribuyen al incremento del volumen residual y a la reducción de la superficie alveolar. La calcificación de las articulaciones de las costillas, con los cambios degenerativos de la columna, incrementan el trabajo de los músculos respiratorios produciendo un aumento anteroposterior del tórax.

 

Sin embargo, el envejecimiento es un factor de riesgo y pronóstico ante la presencia de infecciones respiratorias, ya que la respuesta del organismo no será la misma al estar mermada por el proceso de envejecimiento.

 

SISTEMA CARDIOVASCULAR

 

En los grandes vasos observamos rigidez, con aumento de peso y espesor por el depósito de grasa y calcio, comúnmente denominado arteriosclerosis; en los más pequeños se ve rigidez, dilatación y tortuosidad; lo que corresponde a la pérdida de fibras elásticas y musculares.

 

La rigidez y la disminución de la elasticidad, hacen que la aorta se comporte como un tubo rígido, incrementando la onda de flujo y por tanto la presión sistólica.   El corazón disminuye su capacidad de reserva.

 

Con cierta frecuencia se puede presentar una falla en la relajación ventricular, como efecto del cambio en el tejido conjuntivo, por lo que la fracción de expulsión es menor, representando un riesgo importante para que ante cualquier eventualidad  se desarrolle la insuficiencia cardíaca que se ve con mucha frecuencia en la tercera edad.

 

SISTEMA GENITOURINARIO

 

Riñón: La eliminación de sustancias tóxicas derivadas del metabolismo celular es de suma importancia ya que representa su principal función.   La masa renal tiene una pérdida de 25 a 30%, lo que provoca menor depuración renal, lo que nos habla del daño renal. 

 

Vejiga: Hay pérdida de elasticidad vesical, la capacidad fisiológica tiende a disminuir en condiciones normales, así mismo la fuerza muscular es menor, lo que facilita que la micción sea con más frecuencia (polaquiuria), así mismo cualquier patología obstructiva favorecerá la pérdida de pequeñas cantidades de orina, algunos la consideran incontinencia de esfuerzo.

 

CAMBIOS EN LA MUJER: Los ovarios, en la menopausia, disminuyen su peso de 25 a 2.5 g, hay fibrosis y disminuye drásticamente la producción de estrógenos y progesterona ante el estímulo hormonal hipofisiario.   Los tejidos sensibles a hormonas femeninas sufren involución, asociándose cambios físicos globales. La distribución de la grasa corporal tiende a concentrarse en la región de la cadera; la proporción de lipoproteínas de alta densidad disminuye, mientras que las de baja densidad aumentan, elevándose el riesgo cardiovascular; sin olvidar la posibilidad del desarrollo de osteoporosis.

 

En la región genital hay atrofia uterina, de vagina y labios mayores como menores; se pierde elasticidad, hay fragilidad y adelgazamiento de la mucosa vaginal, lo que favorece sangrados vaginales e infecciones locales. Pobre lubricación, más lenta y en menor cantidad, favorece la dispareunia.   Las mamas sufren también en lo que respecta a la glándula, con formación fibrótica, que asociada a la flacidez muscular se traduce por el aspecto pendular del seno.

 

Lo anterior promueve cambios físicos que tienden a disminuir la autoimagen corporal, favoreciendo la depresión, asociándose a la pobre vida sexual que en general se tiene, por estos y otros motivos

 

CAMBIOS EN EL HOMBRE: Si bien no se presenta en el hombre un evento drástico como en la mujer, sí se aprecia disminución en la producción de hormonas masculinas (testosterona), los testículos disminuyen en peso y tamaño, la espermatogénesis es menor, y con un número mayor de anormalidades de los espermatozoides.  El líquido seminal es menos espeso y se produce en menor cantidad, debido a lo anterior, la viabilidad espermática es menor, como resultado la capacidad reproductiva se reduce. En consecuencia, la capacidad reproductiva se reduce, sin embargo, puede darse hasta el final de la existencia.

 

La próstata tiende a incrementar su tamaño y aumenta la frecuencia de cáncer en éste órgano.    A nivel del pene hay esclerosis de las arterias y cuando se adicionan diversas enfermedades (diabetes, hipertensión, etc.) o tratamientos con fármacos que tienen efecto vascular, puede verse afectada la función, apareciendo lo que actualmente se llama disfunción eréctil.

 

Sin embargo, en las personas ancianas sanas, el poder sexual permanece con respuesta más lenta, y erección que solo alcanza el máximo antes de la eyaculación; hay menos sensibilidad y en muchas ocasiones hay retraso en la salida del líquido espermático, el período de resolución es más rápido y en algunos hombres la eyaculación retrógrada (a la vejiga) da la impresión de eyaculaciones secas que no agradan a la persona, sin embargo, la sensación de placer persiste. 

 

APARATO GASTROINTESTINAL

 

Es uno de los principales aparatos en cuanto a importancia, ya que de éste depende la posibilidad de una adecuada nutrición y por lo tanto, del funcionamiento general del organismo; así mismo, forma parte de las principales vías de administración de medicamentos.   En la boca observamos que el aparato dental se ve mermado, ya que las caries y la enfermedad periodontal son responsables de gran pérdida de piezas dentales. Se altera la masticación y consecuentemente la selección de alimentos, lo que modifica la nutrición de la persona. Las papilas gustativas disminuyen, se aplanan y el sabor cambia.

 

En el esófago aparecen contracciones repetitivas, lo que dificulta la deglución de algunos alimentos.

 

En el estómago la mucosa se adelgaza, hay atrofia de células parietales con elevación del pH, por lo que la absorción de hierro y calcio disminuyen. En muchas personas también baja la producción de factor intrínseco, secundariamente la absorción de vitamina B12 es menor. Lo anterior es origen de muchas anemias que se presentan en la edad avanzada.

 

En el intestino delgado hay aplanamiento de las vellosidades, que al tener una velocidad de movimiento más lenta se compensa la absorción de nutrientes y medicamentos.

 

En el intestino grueso hay lasitud de la musculatura, por lo que se favorece la aparición de divertículos (bolsas pequeñas en forma de dedos pulgares que se forman en áreas debilitadas y que sobresalen del revestimiento intestinal en forma de inflamación); es más fácil la intolerancia a la lactosa por baja producción de lactasa; se incrementa la absorción de agua y se produce estreñimiento.

 

En el hígado hay ligera atrofia y mayor fibrosis, pero con una menor circulación hepática. En el páncreas hay atrofia acinar, aumento de grasa y fibrosis, pero  sin menoscabo en la producción exocrina y endocrina.

 

En resumen, en el aparato gastrointestinal se observa: cambios en los hábitos alimentarios; motilidad más lenta, vaciamiento gástrico lento; lentitud en la absorción; facilidad de estreñimiento; mayor presencia de divertículos, y no se altera la absorción de medicamentos.

 

SISTEMA ENDOCRINO

 

Existe como ejemplo el brusco cese de secreciones ováricas que se produce con la menopausia; hay factores del medio ambiente que tienen gran influencia en la producción hormonal. Ejemplo de esto es la cultura alimentaria, con la consecuente alteración del metabolismo de los carbohidratos y grasas que secundariamente afectarán la producción de insulina.

 

En el aspecto hormonal se debe analizar: La producción que depende del envejecimiento propio del órgano en cuestión;  el retrocontrol hipofisiario es más lento y menos sensible, lo que retrasa el estímulo de producción hipofisiaria

SISTEMA MÚSCULO ESQUELÉTICO

 

La gran variedad en músculos, huesos y articulaciones nos hace difícil la diferenciación; sin embargo, en términos generales, los cambios que se presentan con el envejecimiento son:

 

Pérdida de la masa muscular; disminución de la fuerza y velocidad de contracción debido a la disminución de fibras musculares, que a su vez es dependiente de los estilos de vida, como la nutrición, el ejercicio, la movilidad y las enfermedades crónicas que la persona presenta.

 

Los músculos esqueléticos presentan depósito de lipofuscina, reducción en el tamaño y número de miofibrillas, con aumento en la actividad del aparato de Golgi, así como afección del sistema enzimático (lactato deshidrogenasa; lo que aparentemente representa una reducción de 50% en su actividad.

 

Hay reducción en el número de capilares, sin embargo no hay alteración en la utilización de oxígeno.

  

En el cartílago articular se aprecia disminución del contenido de agua, calcificación del cartílago y reducción de la adaptación al estrés repetitivo.

 

En el hueso es bien conocida la pérdida de calcio con aumento en la reabsorción y sobre todo, en la mujer; solo hay que recordar que gran variedad de hormonas (hormona del crecimiento, estrógenos, andrógenos, etc.) modifican la integridad ósea, por lo que la variabilidad es todavía mayor. 

 

En general, con el envejecimiento se observa:

·                  Menos cantidad de músculo y hueso

·                  Menor resistencia de músculos y huesos

·                  Mayor posibilidad de daño ante factores externos

·                  Menor rango de movimiento y elasticidad.

·                  Alteraciones por factores hormonales

·                  Mayor exposición a cambios del medio ambiente

 

SISTEMA NERVIOSO

 

El peso cerebral disminuye, pero está disminución es selectiva; aparentemente hay mayor pérdida cortical y subcortical, y el flujo cerebral declina entre 15 y 20%, proporcionalmente. Se aprecia mayor pérdida en la corteza, cerebelo, e hipocampo. El giro temporal puede perder hasta 50% de sus células, mientras que el giro temporal inferior pierde solo 10%.

 

Se aprecia una disminución de interconexiones  dendríticas, deterioro en el número de dendritas totales y aparición de lesiones neurofibrilares.

 

A nivel bioquímico se aprecia disminución en la producción de neurotransmisores, lo cual se traduce clínicamente en disminución de la capacidad de memorización, menor poder de atención y concentración, propensión a la depresión. Asimismo, una gran cantidad de patologías cerebrales o por los tratamientos que se intentan en esas entidades nosológicas basados en la modificación del metabolismo de los neurotransmisores. Ejemplo de lo anterior son los antidepresivos, los medicamentos para el Parkinson o para enfermedades como la demencia senil tipo Alzheimer.

 

REGULACIÓN DE LA TEMPERATURA

 

Los cambios resultan por la disminución en la producción de calor, el decremento en la masa corporal, la disminución de la actividad muscular, la menor eficiencia del cuerpo en la sudoración y la baja de 50% en la termogénesis inducida por glucosa. La respuesta vasomotora es lenta, como es el caso de la vasoconstricción ante el frío, o la sudoración ante las altas temperaturas.

 

REGULACIÓN DE LÍQUIDOS CORPORALES

 

Para mantener el volumen y composición de los líquidos requeridos necesita el organismo de una regulación precisa del agua y de los electrólitos. A tal fin, se requiere de un buen funcionamiento renal, de la ingesta adecuada de agua y sal. Las alteraciones en el anciano se reducen esencialmente a la dificultad de excreción de agua y la retención de sodio.

 

BARRERAS DE DEFENSA

 

La piel y las mucosas son las primeras barreras contra las infecciones, la piel funciona en este sentido gracias a la humedad y la acidez de la superficie, así como por la secreción de las glándulas écrinas.   Las mucosas defienden al cuerpo gracias a la producción de moco, donde quedan atrapados los microorganismos, que serán removidos por el movimiento ciliar.

 

Las alteraciones de la piel que se observan en el envejecimiento, así como en las complicaciones  secundarias a enfermedades generales como la diabetes mellitus o escaras, facilitan la entrada de bacterias al organismo. En las mucosas se observa disminución de los movimientos ciliares, sobre todo en el aparato respiratorio, lo que facilita las infecciones en éste tracto. A nivel de las vías urinarias y en especial en la mujer, la disminución de estrógenos y los cambios en los glucoaminoglucanos, alteran los mecanismos de adherencia, facilitando las infecciones vesicales; están asociadas adicionalmente las patologías obstructivas (hipertrofia prostática, litiasis, etcétera).

 

La disminución de la respuesta inmune explica el aumento en la prevalencia de enfermedades infecciosas en la vejez, así como de neoplasias y enfermedades autoinmunes. La respuesta humoral disminuida, sobre todo en los linfocitos T (CD8) y la alteración en la respuesta proliferativa de antígenos, es el principal defecto en la inmunidad mediada por células.

 

 

ACTIVIDAD FÍSICA EN EL ENVEJECIMIENTO

 

El envejecimiento produce, como proceso normal, cambios en la habilidad para adquirir o eliminar oxígeno en los tejidos corporales; se reduce el movimiento de la caja torácica, se acompaña de disminución de la fuerza muscular. Los cambios en el balance perfusión–ventilación reducen la saturación arterial de oxígeno. La fuerza de eyección cardíaca y el aumento en la resistencia periférica, aunado a la baja de masa corporal, contribuyen a que la capacidad de la persona de 70 años de edad sea de 50%, en comparación al la del joven de 20 años. Existen algunas excepciones de personas que a los 75 años son capaces de realizar esfuerzos impresionantes, como podría ser correr el triatlón. 

 

POSTURA PSICOANALÍTICA DE LOS CAMBIOS FISICOS Y SEXUALES EN LA VEJEZ

 

Vamos envejeciendo, y en un momento dado nos sorprendemos viejos. Tal vez haya una etapa previa, en la que nos damos cuenta de cuán viejos están nuestros coetáneos. Sin embargo se producen en este período de la vida, cuyo comienzo la OMS ha convenido en señalar a los sesenta años, hechos significativos que pueden repercutir de una manera intensa en el estado afectivo y social del geronte. La adultez de los hijos; el nacimiento de los nietos; la jubilación, con el cortejo de consecuencias que habitualmente acarrea: disminución del nivel económico y social, inseguridad, sentimientos de minusvalía, de marginación; la muerte del cónyuge y de amigos; los cambios en la imagen corporal; el rol que la familia y en general su entorno le otorga; todo esto configura lo que puede llamarse la "crisis de la senescencia". Así como en la edad madura muchas veces el conflicto se plantea entre el ideal del yo y el yo por las aspiraciones y expectativas ideales (que habitualmente provienen de la adolescencia) que no se han podido materializar, pudiendo generar una situación depresiva, en la senectud el conflicto pasa también, predominantemente, por la crisis narcisista que implica asistir a la propia declinación, además de las pérdidas objétales.

 

Toca realizar el duelo también por las funciones corporales perdidas, por la imagen corporal destruida o perdida. Por eso resulta importante comprender muchos de los síntomas atribuibles a la vejez como manifestaciones de defensas narcisistas. Y es precisamente en esta etapa donde el correlato psicofísico se hace más notorio. El envejecimiento trae aparejado una acomodación de las funciones orgánicas a las nuevas condiciones determinadas por variaciones metabólicas. Otro tanto se encuentra, en forma paralela, en el ámbito psíquico, de tal manera que, mientras por un lado se mantiene la fuerza de lo pulsional, la capacidad para controlarlo va disminuyendo, así como también la capacidad para adaptarse a los requerimientos del mundo exterior. Ello hace que muchas veces se recurra a la somatización como manera de control (y a la vez de expresión) de afectos desbordantes, tales como miedo, agresividad o sentimientos de pérdida, así como manifestaciones eróticas que el viejo puede sentir como indebidas a su edad, y por consiguiente, también se manifiestan "fuera de lugar".

 

La posibilidad de comprender el sentido de los síntomas corporales como expresión de afectos inhibidos, y de fantasías inconscientes (además de las resignificaciones conscientes y preconscientes, y sin desconocer los factores etiológicos de orden biológico) entramados en la biografía del paciente, tiene un valor práctico, ya que en ocasiones la medicación puede llegar a empeorar el cuadro en lugar de mejorar al paciente anciano, muy habitualmente sometido a una polifarmacia.
 

El cuerpo, que también es biografía, señala con sus cicatrices a quien quiere y puede leerlas, los mojones de una historia que así complementa su relato verbal. El psicoanálisis, al posibilitar la investigación del sentido inconsciente de los síntomas corporales entramados en el vivenciar del paciente, configura una comprensión psicosomática con efecto terapéutico. Aún sin entrar de lleno en la patología, podemos referir de una manera muy somera, algunos síntomas comunes en la senectud, cuyo sentido inconsciente abre posibilidades de una comprensión más profunda del paciente añoso.

 

·                  La reducción de la capacidad física se debe en gran parte a la inactividad, y ésta resulta muchas veces de la depresión.

 

·                  La osteoporosis se acelera con la inmovilidad, y a su vez, se vincularía con la falta de sostén que puede padecer el anciano.

 

·                  La relación entre menopausia y osteoporosis ha sido claramente señalada, pero no se ha puesto suficiente énfasis en el proceso de elaboración de la menopausia y su vinculación con las fantasías de sostén, originadas en la identificación temprana con una madre que cumple también la función de sostén.

 

·                  Las rigideces articulares pueden expresar las dificultades para la adaptación a los cambios coyunturales que la vida requiere.

 

·                  La falta de flexibilidad equivaldría al aferrarse a las viejas posturas por el temor a no poder adaptarse a nuevas exigencias.

 

·                  En el mismo sentido, la columna vertebral, con sus osteofitos, artrosis y exageración de las curvaturas, señalarían la acción del peso de los ideales que doblegan.

 

·                  La hipertensión puede representar la expresión de la rabia y la humillación reprimida, a la vez que la manera de mantener la postura erguida, el narcisismo a salvo, aún a costa de transformar su árbol vascular a la manera de un hidroesqueleto.

 

·                  La calcificación de los ateromas (lesión de la pared arterial en la arteriosclerosis) pasaría a materializar esta fantasía.

 

·                  Respecto a la sexualidad, en el varón, aunque se mantiene el deseo, los cambios fisiológicos hacen que, por ejemplo, la erección peniana demore en producirse normalmente el doble o triple del tiempo habitual que en el joven, lo que puede llevar al anciano a desesperar, a sentirse impotente, o a renunciar a la genitalidad. En ocasiones, por el contrario, puede observarse una hipererogenización, apareciendo la clásica imagen del "viejo verde", ya sea en el sentido de quien "quema sus últimos cartuchos", ya con características perversas por un debilitamiento de las defensas.

 

·                  Una queja habitual en los pacientes añosos reside en la pérdida de memoria. Los geriatras diferencian la llamada "pérdida normal o fisiológica de la memoria en el anciano" de la "pérdida de memoria patológica". En la primera los olvidos son puntuales, en el sentido de referirse a nombre propios, cosas, números o fecha; con características transitorias y reversibles, preferentemente de hechos recientes, y sin interferir en general con la vida del paciente. En ocasiones, aparece como manifestaciones de la depresión. La pérdida de memoria patológica, que es progresiva, indica un proceso de deterioro. Sin embargo, desde el psicoanálisis, podemos comprender las motivaciones afectivas que condicionan la represión, a veces por desplazamientos, e incluso en pacientes con trastornos cerebrales de tipo arterioescleróticos se advierte, por ejemplo, que el hijo cuyo nombre no recuerda o a quien no reconoce es aquel con quien el anciano está enojado, con lo que la amnesia adquiere sentido. Por el contrario, la reiteración de evocaciones (que muchas veces tanto molesta a la familia) implican un intento de reafirmación narcisista, con el rescate de experiencias positivas, que sirven además de puente temporal con las nuevas generaciones.